por Macarena Soler, abogada especialista en medioambiente, fundadora de Geute Conservación Sur
Hace un siglo la migración campo-ciudad en Chile era el resultado de la desigualdad y la pobreza. En esos años la mitad de los chilenos eran campesinos, es decir los abuelos y bisabuelos de muchos de nosotros. Y somos muchos de nosotros, un par de generaciones más tarde, los que queremos volver.
Ciudades colapsadas, violencia, estrés, contaminación, hacinamiento, cambio climático, las experiencias derivadas de la pandemia de Covid 19, así como la posibilidad de trabajar desde casa, entre otros factores, han llevado a la convicción de que en las zonas rurales la calidad de vida será mejor. Así lo recuerdan nuestras historias familiares y así lo dice nuestra propia experiencia de 15 días de vacaciones al año entre montañas, lagos, playas, o bosques.
Todos los estudios ratifican esta intuición. La felicidad, longevidad y la salud están íntimamente asociadas, entre otros factores, al contacto estrecho y permanente con la naturaleza, a la alimentación saludable, y a la vida en comunidad, la cual genera un sólido tejido de contención y de apoyo recíproco. La felicidad es una meta humana fundamental, algo que pese a ser obvio, ha sido relegado por la religión económica globalizada, que acopla el crecimiento al desarrollo.
Bután introdujo en los años 70 el “Índice Nacional Bruto de Felicidad”, para determinar el bienestar y el progreso de un país en oposición al Producto Interno Bruto (PIB). Fue este mismo país el que inspiró a las Naciones Unidas a reconocer una resolución llamada «Felicidad: Hacia un enfoque holístico del desarrollo», llamándonos a repensar nuestro sistema de mercado hacia uno que apunte a una integración más armónica entre nuestras necesidades y la naturaleza, poniendo al ser humano y a su felicidad al centro del debate.
Desde el año 2013 la ONU realiza el Informe Mundial de la Felicidad (WHR), donde se miden variables como esperanza de vida saludable, apoyo social en tiempos de problemas, poca corrupción y alta confianza social, generosidad en una comunidad donde las personas se cuidan entre sí, y libertad para tomar decisiones clave en la vida.
Lo interesante, según estos informes, es que las sociedades más felices, son más resilientes económicamente y tienen mejores índices de PIB per cápita. Además, en tiempos de crisis, como la pandemia o una recesión económica, buscan y encuentran formas cooperativas de trabajo para para reparar el daño y reconstruir mejores vidas.
Lamentablemente, llevamos décadas en una única dirección, reemplazando nuestras tradiciones por lo extranjero, lo moderno y la moda; la agricultura por la agroindustria; lo rural por lo urbano; lo duradero por lo desechable. Una lista infinita de imposiciones culturales que nos convierten en una sociedad mono pensante. Tan mono pensante que el disidente arriesga el descrédito y “la funa”.
En contrapartida, pareciera que “volver” es la verdadera vanguardia. Muchos estamos recordando nuestros orígenes en todo ámbito, como tomarse el tiempo para cocinar, en vez de optar por la comida rápida o la envasada. Cultivar la propia comida o comprar al productor local, en vez de optar por las grandes cadenas de supermercados. Explorar y hacer ecoturismo, en vez de preferir los resorts y los viajes full day. Estamos optando por una vida más simple y sana, por tiempo libre, vida familiar, y, en muchos casos, por regresar al campo.
La migración inversa, de la ciudad al campo, no es un proceso malo en sí mismo. No obstante, a nadie le cabe duda de que es una necesidad urgente ordenar la ocupación del territorio rural, regular el mercado inmobiliario y generar certezas de que, en un marco de igualdad ante la ley, protejan el medio ambiente y a las comunidades rurales.
Actualmente, el 83% del territorio chileno se considera rural, pero cerca del 90% de los chilenos vive en ciudades. Nuestro territorio alberga un sinfín de oportunidades para esta nueva generación rural: un desarrollo integral, es decir espiritual, material y comunitario; revitalizar nuestra cultura e identidad; o hacernos partícipes de la conservación de la biodiversidad, siendo activos en la tarea de restaurar los ecosistemas que hemos degradado y apostar también por una bioeconomía. Hoy, además, existen múltiples posibilidades tecnológicas para habitar en armonía con la naturaleza, minimizando nuestros impactos y produciendo de manera regenerativa.
Regresar al campo para muchos es una necesidad, una que seguirá creciendo. El verdadero desafío es dar espacio a estas legítimas decisiones de vida, reconociendo además sus enormes y beneficiosas posibilidades.
La búsqueda de los ganadores del Premio Earthshot 2022 ha comenzado y Geute Conservación Sur se enorgullece de ser una de las 300 organizaciones en el mundo seleccionadas como nominador oficial, por nuestra capacidad de identificar las mejores soluciones de alto impacto alrededor del mundo.
¿Qué es?
The Earthshot Prize fue lanzado por el Príncipe William y The Royal Foundation en octubre de 2020, convirtiéndose en el premio ambiental global más prestigioso de la historia. El Premio tiene como objetivo convertir el pesimismo actual en torno a los problemas ambientales en optimismo, destacando la capacidad del ingenio humano para generar cambios e inspirando la acción colectiva.
Los proyectos deben ser:
Inspiradores: que despierten la imaginación
Inclusivos: que generen equidad, inclusión y beneficios para las personas.
Impactantes: que tengan un impacto probado con potencial para escalar.
Considera 5 ganadores o Earthshots
Proteger y restaurar la naturaleza
Limpiar nuestro aire
Revivir nuestros océanos
Construir un mundo sin residuos
Arreglar nuestro clima
Nominaciones
Las nominaciones solo pueden ser enviadas por nominadores oficiales a través de la plataforma de nominación en línea. Los nominados deben enviar un documento a Geute Conservación Sur con su postulación a info@geute.cl
En Geute nominaremos a personas, comunidades, empresas y organizaciones cuyas soluciones hagan el mayor progreso para lograr los cinco Earthshots. Tienen que ser objetivos simples pero ambiciosos que, si se logran para 2030, mejorarán la vida de todos nosotros y las generaciones venideras.
El Premio Earthshot considerará soluciones que hagan un progreso tangible hacia uno de los cinco Earthshots. Deben estar más allá de la etapa de idea, haber probado su solución en el campo o con audiencias objetivo, y estar en un “punto de inflexión” para escalar su impacto en los próximos cinco años.
Una vez enviadas las nominaciones, se examinarán como parte de un riguroso proceso de evaluación que culmina con la selección de cinco ganadores por parte del Earthshot Prize Council.
Etapas
04 enero 2022: Apertura nominaciones
Plazo extendido al 28 de febrero 2022: Cierre postulaciones con Geute.
04 marzo 2022: Cierre nominaciones oficiales Earthshot Prize
Marzo a Julio: Proceso de revisión proyectos.
Julio a Septiembre: Selección finalistas.
TBC 2022: Premiación
¿Qué iniciativas pueden participar?
The Earthshot prize considera soluciones de múltiples sectores: con fines de lucro, sin fines de lucro, soluciones público-privadas, gubernamentales, de movimientos, colaborativas, etc. Por ejemplo, dentro de los finalistas del año pasado hubo iniciativas de una niña escolar, movimientos territoriales, startups tecnológicas, sistemas de monitoreo de datos globales, una ciudad, entre otros.
Categorías
Existen 5 categorías Earthshot para postular y cada una contiene 3 prioridades:
1- Proteger y restaurar la naturaleza (Protect and Restore Network)
– 1.1 Pagar a los administradores ambientales y mejorar los derechos sobre la tierra
– 1.2 Utilizar los mercados de productos básicos agrícolas como palanca para reducir el daño a los bosques tropicales.
– 1.3.Aumentar los rendimientos en la agricultura biodiversa y regenerativa.
2-Limpiar nuestro aire (Clean Our Air)
2.1 Involucrar a los ciudadanos en la recopilación de datos y la promoción
2.2 Detener las quemas agrícolas y bosques
2.3. Abordar el transporte personal
3- Revivir nuestros océanos (Revive our Oceans)
3.1. Reducir y abordar la sobrepesca
3.2. Desarrollar servicios ecosistémicos oceánicos que mitiguen el cambio climático: ‘carbono azul’
3.3. Avanzar en soluciones para el cambio climático con beneficios para los océanos
4- Construir un mundo sin residuos (Build a Waste Free World)
4.1. Prevenir el uso excesivo de recursos
4.2. Extender el uso de bienes (en particular alimentos, ropa, plásticos)
4.3. Gestionar de mejor forma los residuos generados
5-Arreglar nuestro clima (Fix our climate).
5.1. Transición a energías renovables
5.2. Reducción de las emisiones de metano
5.3. Construir edificios aptos para el futuro
* Esto se considera como una guía y no criterios exclusivos. Se permitirán postulaciones que correspondan a cualquiera de los 5 temas dentro de las categorías principales.
Cómo se selecciona
Una vez cerrado el proceso de nominación, se examinan las iniciativas en un proceso de evaluación independiente dirigido por la empresa Deloitte, que incluye la evaluación en cinco filtros, además de una evaluación de la narración y una evaluación técnica.
Las nominaciones que obtengan un buen desempeño en las evaluaciones serán contactadas directamente por The Earthshot Prize para proporcionar información adicional, entrevistas, visitas al sitio o a los talleres.
Un panel de expertos independientes asesora en la selección de 15 finalistas (3 por Earthshot) y los ganadores finales por el Earthshot Prize Council en una sesión de evaluación anual.
Los 15 finalistas formarán parte de la familia del Premio Earthshot generando una plataforma para amplificar su trabajo, así como apoyo personalizado de The Earthshot Prize y su red de ONG, empresas, gobiernos, financiadores y mentores expertos. Además, los cinco ganadores reciben un premio único en su tipo y una subvención de un millón de libras para escalar su impacto
Para postular se requiere enviar un documento con la siguiente información:
Enviar a info@geute.cl
* Las postulaciones que sean seleccionadas por Geute, deberán ser traducidas al idioma inglés para su envío a Earthshot Prize.
SECCIÓN 1: INFORMACIÓN CLAVE
Nombre de la solución
Nombre del nominado
Tipo de candidato (individuo/organización etc)
Descripción en una oración de la solución
Tipo de solución
País/territorio principal
Otros países de operación
Detalles de contacto del candidato e información digital (Sitio Web y Redes Sociales)
SECCIÓN 2: DETALLES DE LA SOLUCIÓN
Earthshot primario
Earthshot(s) secundario(s)
Problema principal
Problema/asunto(s) secundario(s)
Resumen de la solución (100 palabras)
Tipo de intervención
ODS abordados
Inclusión y equidad
¿Qué hace que la solución sea diferente a los demás?
Carga de fotografías
SECCION 3: AMBICIONES Y ESCALA
La etapa en que se encuentra la solución
Número de países que abarca la solución
Número de personas afectadas
Cómo podría ser la solución escalada/replicada
Camino a la escala/replicación (plazos)
Logro más reciente o descubrimiento
Impactos clave del Premio
Soporte requerido
Necesidades de financiación/inversión
SECCIÓN 4: DECLARACIÓN
¿Por qué crees que deberías ganar el Earthshot? (150 palabras)
Indicación si el Nominador y Nominado se conocen y de qué forma
Si envía varias nominaciones, entregar una opción para seleccionar la nominación estrella. • Declarar que todo lo presentado en el formulario es verdadero.
Puedes obtener más información sobre el premio, nuestro papel como nominador oficial y el proceso para seleccionar a los ganadores en www.earthshotprize.org
Todos los días escuchamos que la emergencia climática es más evidente y que necesitamos hacer transformaciones urgentes. La pregunta es cómo hacerlo. Si quieres ir más allá de medidas como reciclar, plantar un árbol o darse duchas más cortas, aquí te dejamos algunas ideas.
Sé un filántropo ambiental
La filantropía no es meramente donar dinero, sino que es un conjunto de valores y actitudes que pueden darse en todos. Realizar un voluntariado, juntar un grupo de vecinos para limpiar una playa, donar a una ONG ambiental, aportar en conocimientos haciendo una asesoría gratuita a una causa, entre otras, son acciones realizadas por mera voluntad que tienen como finalidad el beneficio del medio ambiente.
Lleva a tus hijos a la naturaleza
Está demostrado que las experiencias tempranas con la naturaleza condicionan nuestra actitud hacia ella en la edad adulta. Lleva a tus hijos a acampar, a caminar en un Parque Nacional, o busca en tu ciudad un tour para que identificar aves. Recuerda: solo protegemos lo que amamos y solo amamos lo que conocemos.
Si tienes un predio, protégelo con un DRC
Una de las maneras de lograr la conservación privada es aplicar el Derecho Real de Conservación (DRC), ley promulgada el 2016 que permite al dueño de un predio destinarlo voluntariamente a conservación y estipular en un contrato ciertas condiciones como el no realizar explotación agrícola o forestal, limitar proyectos inmobiliarios, ejecutar un plan de manejo, restaurar el predio, entre otros acuerdos.
Restaura
Los científicos dicen que ya no es suficiente con conservar y que ahora la única opción para el planeta es restaurar. La restauración ecológica se ha definido como el proceso de ayudar al restablecimiento de un ecosistema que se ha degradado, dañado o destruido. Algunos ejemplos de restauración que se están realizando en el mundo son la reforestación; remover cercos para permitir el libre tránsito de la fauna silvestre; erradicar especies invasoras; aplicar agricultura biodinámica y biointensiva para recuperar suelos erosionados; remoción de represas; entre otros.
Reforesta
Los árboles producen oxígeno, son agentes importantes para asegurar la conservación del agua y disminuir la erosión del suelo, y son hábitat de múltiples especies. Para frenar la pérdida de ecosistemas y detener el gran deterioro que está teniendo el planeta, la reforestación es clave. Si no puedes hacerlo por tu cuenta, contacta proyectos que tengan en marcha campañas de reforestación de bosques nativos o súmate como voluntario.
Haz tu negocio sostenible
¿Te has preguntado si tu negocio se ha integrado y está siendo un aporte al lugar donde se emplaza? En lo ambiental ¿Tu negocio está protegiendo los ríos, humedales, glaciares, bosques y la fauna nativa?
Sin duda, todo proyecto que se quiere desarrollar en un área rural o de naturaleza tendrá un impacto ambiental y/o social. No obstante, existen diferentes formas de crear o convertir proyectos armónicos con su entorno, asegurando rentabilidad a largo plazo. Por ejemplo, hoy es clave contar con indicadores de sostenibilidad que te muestren cómo lo estás haciendo y qué podrías mejorar. ¡Asesórate!
Controla a tus mascotas
IG @yotecuidotumascota
Los animales domésticos sin supervisión deambulan por áreas silvestres, perturban sitios de nidificación, matan fauna nativa, transmiten enfermedades y compiten con otros depredadores. Y no solamente hablamos de los perros. ¿Sabías que los gatos han participado en la extinción del 14 % de aves, reptiles y mamíferos extintos en el mundo? Esto sin considerar que felinos urbanos son responsables de la muerte de cantidades incalculables de aves y lagartijas. Los perros siempre deben salir supervisados con un arnés y los gatos, si no se acostumbran a ellos, deben vivir indoor y dejarlos salir en espacios controlados llamados “catios” (patio de gatos). Se pueden construir catios de todo tamaño, en terrazas, ventanas o patios. Son una tendencia en Europa y Estados Unidos y, poco a poco, están llegando a nuestro país.
Es cierto, el 2021 estuvo plagado de malas noticias ambientales, incluyendo fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo y anuncios poco alentadores sobre el cambio climático. Sin embargo, hubo algunas cosas
buenas que queremos destacar. Pequeñas historias (incluso victorias) que permiten
seguir soñando y trabajando por la conservación y restauración de la naturaleza.
El Panda salió de la extinción
En julio, China anunció que ya no considera que el panda gigante esté en peligro, y elevó su estatus a vulnerable. Un poco más de 1.800 pandas permanecen en estado salvaje, una mejora con respecto a los 1.100 que se pensaba que vivían en estado salvaje en 2000.
Inauguración de Cerro Dominador
Créditos: IMF Photo/Tamara Merino
Ubicada en pleno desierto de Atacama es la primera planta termosolar de América Latina. Utiliza 10.600 espejos en un terreno de más de 700 hectáreas que reflejan la luz del sol, concentrando el calor en un receptor ubicado en lo alto de la torre principal, a 250 metros. Genera 110 MW y, en combinación con la planta fotovoltaica que existe en el lugar desde 2017, será capaz de evitar la emisión de cerca de 640.000 toneladas de CO2 al año.
Nuevo parque marino
Tras siete años de espera, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad de Chile aprobó la creación del parque marino Tic-Toc-Golfo Corcovado, uno de los ecosistemas más prístinos del sur del país, cuya salud es clave para la vida de las ballenas azules.
Chao a los plásticos de un solo uso
El 13 de agosto de 2021, se publicó la Ley N° 21.368, que regula la entrega de plásticos de un solo uso, las botellas plásticas y modifica los cuerpos legales que indica. La iniciativa establece limitaciones a la entrega de plásticos de un solo uso, restringe la generación de productos desechables, regula los plásticos y contiene normas que comenzarán a regir de forma progresiva a partir de seis meses y hasta tres años de su publicación.
35 humedales urbanos protegidos
Este año 35 humedales urbanos fueron reconocidos por la Ley Nº21.202. Esta ley busca asegurar la protección de los humedales que se encuentran total o parcialmente dentro del radio urbano y entrega a los municipios herramientas concretas a través de la elaboración de Ordenanzas Generales y la postergación de permisos de subdivisión predial, loteo, urbanización y de construcciones.
Dos potencias mundiales se comprometen con el cambio climático
Este año se celebró la COP 26 y regresó a la cumbre Estados Unidos, el segundo mayor emisor de combustibles fósiles del mundo, después de cuatro años de inacción sobre el cambio climático. Al final de la cumbre, Estados Unidos y China hicieron una declaración conjunta para trabajar en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París.
Un medio ambiente limpio y saludable es ahora un derecho humano
El 8 de octubre, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra aprobó una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente saludable y sostenible como un derecho universal.
Constitución en emergencia climática
Créditos: Caiozzama y Greenpeace Chile
En octubre, el Pleno de la Convención Constitucional aprobó que la nueva Constitución debe redactarse bajo estado de emergencia climática y ecológica, lo que significa que estos elementos tienen que ser considerados como ejes rectores y transversales para la elaboración de todo el contenido del nuevo texto fundamental.
Se convirtió en el primer país en prohibir esta actividad antes de su instalación y que arrasa con el ambiente marino y afecta a las comunidades costeras alrededor del mundo. En contraste, organizaciones sociales en Chile toman este ejemplo y piden mayor fiscalización.
La legislatura fueguina aprobó hoy por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe la salmonicultura en Tierra del Fuego; actividad que amenaza no solamente al ambiente sino a la salud y la economía de la provincia. La ley, promovida por el legislador Pablo Villegas del Movimiento Popular Fueguino, puso a Argentina en los ojos del mundo, posicionando al país como el primero en tomar una decisión de tal magnitud en cuanto al cuidado del ambiente antes de la instalación de la industria en un territorio.
“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos, la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó el legislador Villegas.
En Argentina, el único lugar viable para este tipo de emprendimientos son las prístinas aguas del Canal Beagle en Tierra del Fuego. Estas aguas, además de concentrar el 50% de los bosques de macroalgas que existen en el país, son uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y “hotspot” de biodiversidad.
David Alday, representante de la comunidad Yagán, afirmó: “Es un hito tremendo el que han logrado del otro lado del Canal. Nosotros conseguimos sacar las salmoneras y ustedes lograron que no haya salmonicultura, esto tiene un gran impacto para nosotros, es una señal y un respaldo a nuestra comunidad y territorio indígena y al archipiélago”, y resaltó: “Queremos que en Chile esto se sepa, que del último lugar del planeta se ejecutó un hito contra una industria tan destructiva como la salmonicultura”.
“Desde el lado chileno, en la Ecorregión marina de canales y fiordo, los Centros de Engorda de Salmones operan en promedio en un 40% en condiciones anaeróbicas, afectando la calidad de las aguas y sedimentos y, consecuentemente, la biodiversidad. La prohibición en Tierra del Fuego, significa que existirá un reservorio de biodiversidad, lo que permitirá restaurar los mares chilenos que están siendo impactada por esta industria, aunque hay ecosistemas marinos vulnerables en la zona que son de muy lenta recuperación” explica Javier Trivelli, Ingeniero de Recursos Naturales Renovables de Geute Conservación Sur haciendo referencia a un precedente positivo para el país.
El contraste chileno
A diferencia de lo que ocurre en Argentina, la industria salmonera en Chile se inició en la década del 70 y desde entonces ya tiene una gran presencia entre las regiones de la Araucanía y Magallanes. Incluso opera en la reserva nacional Kawésqar y el parque Alberto Agostini, desde donde las comunidades ya han pedido su salida. Chile es el segundo productor de salmón a nivel mundial y sus exportaciones alcanzaron los US$4.389 millones el año pasado. Sin embargo, la actividad no está libre de desastres naturales en las zonas de operación.
El último hecho ocurrió en abril de este año donde se registró la mortandad masiva de más de 5 mil toneladas de salmones en el Fiordo Comau y los canales Jacaf y Puyuhuapi, lo que activó a más de 60 organizaciones sociales, entre ellas Defendamos Chiloé, Adac , comunidades kawésqar y Yagan, Mission Blue, Blue Marine Foundation, AIDA, Amigos de los Parques, ONG FIMA, Chao Pescao, Cetacea, entre otras, e incluso una campaña digital de Patagonia Chile para exigir al gobierno mayor fiscalización y protección de los frágiles ecosistemas del Sur.
Fundación Terram y Geute Conservación Sur fueron parte de estas organizaciones quienes entre los años 2017 y 2018 ingresaron tres acciones a la Contraloría para realizar auditorías a la industria. El resultado se dio a conocer hace unas semanas cuando el ente rector detectó una serie de falencias en la cadena de fiscalización de diversos órganos a la industria salmonera.
Trivelli, señala que “hay que hacer un congelamiento de nuevas concesiones de acuicultura y evaluar bien donde están emplazadas. Tenemos más de 500 Centros de Engorda de Salmones al interior de áreas protegidas marinas, más de un 30% donde algunos parques no tienen ni siquiera un plan de manejo. Es una industria que tenemos que reordenar, ojalá sacar y deben haber sanciones importantes a los dueños que operen en condiciones anaeróbicas”.
Actualmente, más de 160 organizaciones territoriales y personas tomaron acción nuevamente con una declaración pública contra la propuesta de política nacional de acuicultura para las próximas dos décadas de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura en consulta pública entre el 30 de abril y 5 de julio. “Lo que proponemos junto a una serie de organizaciones es principalmente que esto debe detenerse como proceso y supeditarse a la nueva constitución porque es contradictorio que quieras aprobar una política nacional a 20 años siendo que estás en un proceso histórico único constitucional” señala Juan Carlos Viveros, miembro de Defendamos Chiloé.
En la declaración se pide además redirigir los fondos públicos para la investigación que permita comprender los ecosistemas, optimizar las fiscalizaciones, detener las operaciones que están causando un daño en los frágiles ecosistemas del sur e implementar planes de desarrollo local en base a cada territorio y sus comunidades. (Firma la declaración aquí).
Sobre esto, Flavia Liberona, bióloga y Directora Ejecutiva de Fundación Terram explica: “Hay que reformular la ley de pesca y acuicultura y hay muchos desafíos para hacerla social y ambientalmente más responsable. Es fundamental separar la acuicultura de pequeña escala del debate sobre salmonicultura y poner muchas más acciones de fiscalización y sanción en la salmonicultura o acuicultura intensiva en general. Y en materia presupuestaria, el Estado debe poner fondos para la fiscalización tanto en la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) como en Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA)”.
Si bien hoy se celebra en Argentina un verdadero triunfo ambiental, en Chile aún hay mucho trabajo por hacer, pero esto confirma que efectivamente es posible avanzar hacia una economía nueva, donde las comunidades de vida conviven en armonía y se beneficien mutuamente, construyendo un presente próspero sin hipotecar el futuro de las generaciones venideras.
Geute Conservación Sur en conjunto con Fundación Terram presentaron una serie de acciones ante la Contraloría General de la República (CGR) al detectar una serie de infracciones al marco regulatorio existente. La Contraloría dio respuesta, detectando serias falencias en el ejercicio de las atribuciones de control y fiscalización de diversos órganos con competencias relacionadas a la actividad salmonera, entre ellos, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y la Superintendencia de Medio Ambiente, entre otros organismos estatales.
Chile es el segundo mayor productor de salmón del mundo, produciendo alrededor de 842.000 toneladas al año. Lamentablemente, esta industria ha provocado una serie de impactos ambientales en ecosistemas costeros y acuáticos, en especial en la zona de los fiordos y canales australes de la Patagonia chilena, donde se ha expandido de manera importante durante los últimos años. Uno de sus principales efectos es la generación de condiciones anaeróbicas (falta de oxígeno) tanto en la columna de agua como en el fondo marino por acumulación de desechos orgánicos e inorgánicos, producido por el alimento no consumido y las fecas de toneladas de salmones en proceso de engorda.
Las ONGs Geute Conservación Sur y Fundación Terram realizaron una exhaustiva investigación, la cual demostró que las autoridades competentes no realizan correctamente su labor. Por ello, ingresaron el 2017 y 2018 un total de tres acciones a la Contraloría General de la República, con el fin de que se realizaran las auditorías respectivas.
Después de cuatro años, el órgano contralor dio respuesta mediante su Informe de Auditoria N° 335/2019, donde detalla las falencias detectadas en la fiscalización y en la evaluación a la industria por parte de cinco entidades gubernamentales que regulan y fiscalizan a la industria salmonera: el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca); la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca); la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA); el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas (SSFFAA).
El principal resultado de la auditoría es que, durante el período comprendido entre el 1º de enero de 2017 y el 31 de marzo de 2019, se detectaron graves incumplimientos en la aplicación de las leyes, atrasos en la implementación de reglamentos y ausencia de procedimientos administrativos adecuados para fiscalizar y evaluar la instalación y operación de centros de cultivo de salmones en la Patagonia chilena.
“El informe de auditoría de la Contraloría resulta valorable y preocupante a la vez, pues detecta falencias en cuestiones que, a esta altura, debieran entenderse mínimas para una adecuada fiscalización de la industria, especialmente en lo relativo al cumplimiento de los plazos para ejercer sus potestades. Lo anterior se constata, por ejemplo, en la mínima evaluación y aprobación de los planes de acción ante contingencias por parte de Sernapesca, o la falta de atención oportuna de denuncias formuladas en el caso de la SMA y la SSFFAA, lo cual repercute directamente en la escasa operatividad del régimen sancionatorio”, opina Christian Paredes, abogado de Fundación Terram.
“Esta auditoría se suma a dictámenes de los años 2016 y 2017 que arrojaron hallazgos similares. Es decir, podemos hablar de una negligencia sistemática y permanente de parte de los organismos que debieran regular una actividad que provoca contaminación en el medio ambiente marino y que no es regulada ni fiscalizada de manera adecuada por los organismos pertinentes”, asegura Álvaro Montaña, uno de los profesionales de Geute Conservación Sur que participó en la investigación de la industria y en las acciones presentadas a la Contraloría para solicitar dichas auditorías.
Qué dice el informe
En su informe, la Contraloría General de la República ordena al Servicio de Evaluación Ambiental mantener criterios uniformes para evaluar proyectos acuícolas que se sitúen dentro o estén cercanos a áreas protegidas. Recordemos que la Ley Nº 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente establece que proyectos de este tipo requieren de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), sin embargo, ellos se han evaluado prácticamente en su totalidad mediante simples Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA).
“Si bien es cierto lo constatado con relación a la falta de criterios objetivos y uniformes para asegurar la correcta evaluación ambiental de proyectos acuícolas localizados en o próximos a áreas protegidas, era de esperar un pronunciamiento más categórico del órgano contralor, toda vez que no se trata solo de un problema de fijación de criterios (sobre lo cual el SEA ha tenido interpretaciones reconocidamente restrictivas), sino derechamente de incumplimiento de normativa ambiental expresa, que exige necesariamente a dichos proyectos ingresar al SEIA vía Estudio de Impacto Ambiental”, agrega Paredes.
Respecto al Sernapesca, constata tres problemas: este servicio no fiscaliza la exacta y correcta ubicación de los centros de cultivo; no tiene un registro adecuado de las fiscalizaciones realizadas; y la gran mayoría de los Planes de Acción ante Contingencias presentados en materia de florecimientos de algas nocivas (FAN) y escapes de salmones, no habían sido debidamente evaluados y aprobados por este servicio.
En relación a la SMA, según lo auditado, esta entidad no habría fiscalizado ni sancionado a 10 centros de cultivo que se encontraban ubicados fuera de su área de concesión. Lo mismo ocurrió con la SSFFAA.
“Sin duda este informe es importante, pero debemos seguir avanzando en crear la jurisprudencia para que, efectivamente, todos los proyectos de salmonicultura sean evaluados a través de un Estudio de Impacto Ambiental, ya que a nuestro juicio generan impactos significativos al medio ambiente, en especial si analizamos los impactos sinérgicos de la industria, la que opera con un 20% de los centros de acuicultura en condición anaeróbica anualmente, situación que degrada la calidad de las aguas y el fondo marino de los fiordos australes de Chile”, explica Javier Trivelli, ingeniero en recursos naturales de Geute Conservación Sur, sobre los pasos a seguir tras este informe.
Un importante grupo de organizaciones de la sociedad civil (OSC) y centros de estudios se reunieron en la quinta asamblea de la Red de Filantropía ambiental, la cual busca impulsar una cultura de filantropía ambiental en Chile y promover políticas públicas que incentiven la contribución voluntaria y desinteresada del sector privado y social en el cuidado de la naturaleza. Esta participación es clave en Chile, ya que somos uno de los países más desfinanciados en cuanto a protección de la naturaleza y, además, el 80% de la biodiversidad se encuentra fuera de las áreas protegidas del Estado.
En Chile existen diversas leyes que rigen los beneficios tributarios de los donantes a proyectos de organizaciones con distintos fines, como son social, cultural, educacional, deportivo, pero no con fines ambientales. Al contrario, las donaciones con fines medioambientales están afectas al Impuesto a las Herencias, Asignaciones y Donaciones con cargo al donatario, de carácter progresivo del 1% al 40% del monto donado e incluso más, dependiendo del tipo de donación.
La Red de Filantropía Ambiental es una iniciativa que reúne actualmente a 46 organizaciones de la sociedad civil para mejorar la política pública en torno a la filantropía ambiental y surgió desde un primer encuentro convocado por Amigos de los Parques, Geute Conservación Sur, Fundación Punta de Lobos, y Chile California Council en 2019. Entre las organizaciones participantes se encuentran las siguientes:
Durante la sesión de la Quinta Asamblea de la Red de Filantropía Ambiental se presentaron los avances de las comisiones ciudadana, técnica, política, de comunicaciones e internacional. Entre ellos, un Catastro de Organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan en Medio Ambiente, el cual será entregado a fines de este año, y el levantamiento de experiencias internacionales de Filantropía Ambiental. Adicionalmente, durante las próximas semanas, se llevará a cabo el lanzamiento de la Red de Filantropía y una campaña educativa sobre esta causa.
Hoy se celebra el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y desarrollo rural”, subrayando su rol en la preservación y promoción del patrimonio cultural y natural en todo el mundo. Sin duda, el turismo masivo y mal planificado puede ser altamente dañino, pero hoy queremos centrarnos en ese viajar descubriendo y cómo ello puede llevarnos a amar y conservar.
Por Evelyn Pfeiffer, periodista de Geute Conservación Sur
“¡Patagonia! ¿Quién pensaría jamás en ir a un lugar así? ¡Serás devorada por los caníbales! ¿Por qué razón escoges un lugar tan apartado del mundo para ir? ¿Cuál puede ser el atractivo? (…) Oí estas y otras preguntas y exclamaciones de los labios de mis amigos y conocidos cuando les conté de mi intención de viajar a la Patagonia, la Tierra de los Gigantes. (…) ¿Cuál era la atracción de ir a un lugar tan apartado y a tantas millas de distancia? La respuesta estaba implícita en sus propias palabras. Lo escogí precisamente porque era un lugar exótico y lejano”, escribía Lady Florence Dixie, quien decidió viajar en 1879 a la Patagonia, junto a su marido y dos de sus hermanos, simplemente para tener un viaje de descubrimiento. Su expedición marcó un hito importante, pues son considerados como los primeros turistas en pisar tierras patagónicas, de acuerdo a lo que hoy entendemos como turistas.
El libro A través de la Patagonia (Across Patagonia. Edimburgo, 1880) recoge esta aventura de un mes, donde recorrieron más de mil kilómetros a caballo guiados por baqueanos locales, con quienes cruzaron ríos, bosques, bordearon lagos, compartieron con indígenas aónikenk y recorrieron maravillados las interminables pampas, hasta llegar al sector de Laguna Azul en el actual Parque Nacional Torres del Paine.
Lamentablemente, esos largos viajes de descubrimiento de antaño se han ido perdiendo en full days y tours que parecen una verdadera carrera contra el tiempo, con turistas que pasan más tiempo transportándose que disfrutando y donde los programas son tan ajustados, que puede generar un verdadero caos si alguien se demora 5 minutos más tomando una foto. Después de un viaje así… ¿quién no ha querido tomarse vacaciones de las vacaciones?
Ese es el turismo de hacer solo un check en una lista de lugares por conocer, sin importar lo que pase a nuestro alrededor, ni en las comunidades anfitrionas, ni mucho menos en el medio ambiente. Ese es el turismo que ha llevado a algunos a hablar de turismofobia y a colgar carteles del tipo “Barcelona no es tu maldito centro comercial”, en ciudades donde la cantidad de turistas supera ampliamente la cantidad de habitantes, marginándolos de su propio hogar.
Volver a viajar por Chile (y hacerlo bien)
En contraste a ese turismo dañino, la Organización Mundial del Turismo promueve el turismo sustentable y responsable, no solo por su aporte a las economías locales, sino como una poderosa herramienta para preservar el patrimonio cultural y natural.
En esta edición del Día Mundial del Turismo se celebra la capacidad del turismo para crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y beneficiar a las comunidades rurales, especialmente en el contexto de crisis mundial por el COVID-19, donde se prevé que las llegadas de turistas internacionales caerán entre 60% y 80%, y que el turismo nacional tomará la delantera.
Es decir, probablemente, en las próximas vacaciones los chilenos viajarán por su país, lo que es una gran oportunidad de reactivación para las comunidades rurales, conociendo formas de vida tradicionales, y teniendo nuevas experiencias en torno a la naturaleza, la cultura y los productos locales.
Pero, a la vez, este viajar por Chile representa una tremenda responsabilidad, donde el llamado es a respetar las comunidades anfitrionas que visitemos y a proteger los ecosistemas y la diversidad biológica, donde se encuentran insertas. Más allá de los necesarios cambios que debe hacer el Estado en políticas públicas para fomentar el turismo sostenible y, por ende, tener una protección efectiva del medio ambiente, el cambio también debe partir por nosotros: es hora de tener otra mirada y dejar de ser meros visitantes de lugares, para convertirnos en esos viajeros de antaño, donde el propósito era descubrir, dejarse asombrar y transmitir a otros viajeros ese nuevo conocimiento y ese nuevo amor por lo descubierto. Hoy, podemos transformar nuestro viaje en un llamado a la conservación.
Tips para el viajero responsable
Fuente: Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT.
Vivimos rodeados de productos y servicios hechos a nuestra medida. Aplicaciones que monitorean nuestra salud, reproductores de música inteligentes que eligen lo que escuchamos, y sistemas de delivery que nos traen el café donde quiera que estemos. Estos productos y servicios han sido formulados desde una perspectiva de diseño centrado en los usuarios (o en las personas) y nos entregan grandes experiencias como consumidores, sin embargo, es importante preguntarnos: ¿A qué costo? ¿Cómo estos beneficios individuales se traducen en impacto social o medioambiental?
El diseño centrado en las personas puede tener muy buenas intenciones pero, al mismo tiempo, generar impactos negativos y hasta desastrosos si es que no entendemos bien el contexto en el cual nos estamos insertando. Un ejemplo es el de Airbnb, una plataforma diseñada para turistas en busca de experiencias locales y personas con espacio extra en sus hogares. Si bien esta aplicación fue muy bien recibida en casi todo el mundo, a medida que la plataforma se expandió empezó a generar aumentos gigantescos en los precios de arriendo de ciertos barrios, especialmente en las capitales turísticas, limitando a muchas familias el acceso a vivienda. Se estima que en Nueva York la llegada de Airbnb significó un aumento de $400 dólares en la renta promedio. (Economic Policy Institute, 2019). Otro ejemplo son los servicios de reparto a domicilio, los cuales entregan comodidad y conveniencia a sus usuarios, pero han sido criticados por sus nulas o débiles políticas laborales de cara a sus empleados y su uso excesivo de packaging desechable y contaminante (New York Times, 2019).
Las tierras colaborativas permiten también explorar nuevas semillas y granos, rescatando especies nativas y fomentando mayor diversidad de cultivos. Créditos: https://www.gothelneyfarmer.co.uk
En ambos casos podríamos asumir que ninguno de estos servicios y plataformas fue diseñado con una mala intención, sino más bien desde una falta de conocimiento de los sistemas y relaciones en las cuales intervienen. Existe una miopía respecto al alcance que tiene un producto o servicio, que hace que se tomen en cuenta sólo los efectos inmediatos y a los usuarios directos. Es necesario, por lo tanto, ampliar nuestra mirada y repensar el alcance y la escala que empleamos al diseñar, extendiendo el enfoque centrado en las personas a uno que abarque e integre los ecosistema sociales y ambientales que los rodean y conectan. También necesitamos revisar el rol ético que tiene el diseño y su responsabilidad en –y con– los sistemas que interviene, ya no solo desde lo individual, sino también desde las comunidades y el entorno.
Las recientes crisis sociales, sanitarias, climáticas y económicas nos han demostrado que vivimos en un mundo cambiante, interconectado e interdependiente, el cual hemos alterado hasta poner en riesgo la existencia de todos sus habitantes. Es necesario adaptarse y buscar nuevas soluciones.
Ante esto, algunos teóricos han repensado la forma en la cual los diseñadores se hacen cargo de los problemas complejos como lo es el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el crimen, la pobreza, la contaminación, entre otros. Existen actualmente dos perspectivas que han llamado la atención en relación a resolver este tipo de problemas. La primera es el diseño para las transiciones, de la Universidad Carnegie Mellon, con un marco de trabajo impulsado por la académica y diseñadora Terry Irwin. El segundo enfoque es el del life centered design (diseño centrado en la vida), término inspirado por la teoría del escritor e investigador del Royal College of Art, John Thackara. Éste plantea diseñar para todas las formas de vida, no solo para la vida humana. Ambos enfoques proponen que el diseño debe adoptar una nueva perspectiva sistémica que integre a los ecosistemas y los diferentes actores humanos y no humanos que los conforman. Esto significa diseñar en dos niveles: el individual y el colectivo.
Es urgente repensar el diseño de una forma que integre a los ecosistemas y los diferentes actores humanos y no humanos que los conforman.
En este sentido, estas perspectivas buscan entregar herramientas creativas para que las personas puedan innovar, colaborar e implementar propuestas que nos permitan convivir con el planeta, tomando decisiones que sean más sinérgicas y sostenibles. Proponen también una visión de futuro, analizando los impactos a largo plazo y permitiéndonos ver más allá del efecto inmediato. Se busca así generar una oportunidad de cambiar nuestra relación con el medio ambiente, repensar nuestras relaciones interpersonales y, por qué no, las relaciones entre las personas y la tecnología.
Si bien algunos teóricos plantean que parte de la solución a estos grandes problemas sería volver a sistemas y soluciones del pasado, por ejemplo, las que tenían las sociedades tradicionales y preindustriales que vivían de manera sostenible durante generaciones, existen otras opciones. Hoy podemos complementar los saberes tradicionales con nuevas soluciones que integren los avances tecnológicos y la interconectividad que nos ofrece el mundo de hoy. Esto incluye conocimientos de soluciones basadas en la naturaleza y los sistemas vivientes, explorando los fenómenos en términos de patrones dinámicos de las relaciones entre los organismos y sus entornos. Principios como autoorganización, emergencia, resiliencia, simbiosis, holarquía e interdependencia, entre otros, pueden servir como puntos de influencia para iniciar y catalizar el cambio dentro de estos sistemas complejos (Irwin 2015).
Actualmente, existen varias iniciativas que fomentan una mayor sostenibilidad a través de la colaboración y el trabajo sistémico. Un ejemplo son las tierras cooperativas, instancias donde ciudadanos se unen para financiar y apoyar a agricultores pequeños y ecológicos a cambio de alimentos de gran calidad. De esta forma se busca aumentar la disponibilidad de comida orgánica, evitar la precarización laboral en el campo, y mantener los conocimientos tradicionales, mientras que se fomenta una relación social entre los diferentes actores. En este caso no solo se cambia la forma de producir, sino también el modelo que lo sustenta, generando un sistema más resiliente y beneficiosos para todos los involucrados.
Taller Biomateriales en Fablab Santiago por Valentina Marquez y Carolina Pacheco. Foto por: Antonia Valencia. Más información en: https://www.caropacheco.work/workshops
Otro ejemplo son los proyectos en la lógica del open source (código abierto), comunidades que han aprovechado la conectividad global para compartir conocimiento de manera libre, colaborativa y retroalimentativa. Así, surgen iniciativas que llaman la atención como Materiom, una biblioteca abierta que promueve la innovación y divulgación de recetas de biomateriales desarrolladas por personas y organizaciones de todo el mundo. Estos son materiales orgánicos y biodegradables que permiten modelos de producción regenerativos y eficientes. Materiom representa una visión holística, ya que aprovecha los conocimientos locales, promueve la colaboración de los diferentes actores e incentiva el uso de materiales sostenibles. Además, es capaz de aprender y adaptarse a las necesidades de los usuarios y el medioambiente.
Desde el diseño existe la oportunidad de potenciar y multiplicar estas iniciativas, a través de metodologías y herramientas que permiten guiar procesos para llegar a soluciones que las personas integren y hagan suyas como parte de su cotidianidad y cultura. Ya sea desde el diseño de servicios, el diseño para la innovación social o el diseño para las políticas públicas, estas disciplinas ofrecen métodos útiles para la co-creación y el diseño participativo. Permiten también el trabajo interdisciplinario, indispensable para enfrentar los desafíos complejos y colectivos de hoy, los que exigen implementar múltiples perspectivas para abordarlos desde esta nueva mirada sistémica.
Y si bien no seremos capaces de abarcar todo con nuestras acciones o diseños, debemos saber aprovechar y potenciar las relaciones existentes, reducir los impactos negativos y generar sinergias donde podamos. Solo así podremos empezar a imaginar y crear futuros sostenibles.
Economic Policy Institute. (2019). The economic costs and benefits of Airbnb https://www.epi.org/publication/the-economic-costs-and-benefits-of-airbnb-no-reason-for-local-policymakers-to-let-airbnb-bypass-tax-or-regulatory-obligations/
New York Times. (2019). Food Delivery Apps Are Drowning China in Plastic. https://www.nytimes.com/2019/05/28/technology/china-food-delivery-trash.html
Irwin, T. (2015). Transition design: A proposal for a new area of design practice, study, and research. Design and Culture,
Sobre las Autoras
Catalina Hepp es Diseñadora integral titulada de la Pontificia Universidad Católica, actualmente cursando el diplomado “Formulación y evaluación de proyectos con foco en el territorio y la comunidad” del Centro de Políticas Públicas UC. Tiene experiencia en proyectos de innovación vinculados al diseño de servicios y la innovación.
Josefina Carvalho es Licenciada en Diseño de la Pontificia Universidad Católica. Miembro hace 5 años del equipo de la organización ambiental chilena Geute Conservación Sur, lugar donde se desempeña como diseñadora en proyectos, estrategias y comunicaciones. Sus intereses están por el diseño de información, diseño de servicios, su vinculación con la protección del medioambiente y su relación con las personas que lo habitan.
Imagen de portada: Imagen de elaboración propia con fotografías de Álvaro Montaña, Evelyn Pfeiffer y otras de libre uso.
Hace poco más de un mes se celebraba que el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad haya aprobado el reglamento de humedales urbanos, donde se establecen criterios de protección. Un paso más para hacer operativa la Ley de Humedales Urbanos, donde aún falta la firma del Presidente, la toma de razón de la Contraloría General de la República y la posterior publicación en el Diario oficial.
“El problema es que mientras el reglamento de la Ley no sea publicado, el Ministerio del Medio Ambiente no puede reconocer los humedales urbanos, ya sean estos de oficio o a solicitud de la Municipalidad, lo que no permite a los municipios utilizar las herramientas de conservación que les otorga la Ley. Ahora bien, una vez aprobado este reglamento y solicitado un humedal por la municipalidad al Ministerio, el Director de obra podría suspender el otorgamiento de permisos mientras dure su evaluación que se contempla que sea cerca de 6 meses. Es por ello, que hacemos un llamado a los municipios a preparar desde ya sus solicitudes de humedales urbanos para ser ingresadas al Ministerio y contar con herramientas para defender estos hábitats”, aclara Javier Trivelli, Director Ejecutivo de Fundación Geute Conservación Sur.
Mientras ello no ocurra, los humedales urbanos siguen desprotegidos y, para muestra de ello, Puerto Varas ha vivido estas semanas diferentes hechos que han sido denunciados a través de redes sociales. La modalidad siempre es la misma: grandes camiones descargando material en quebradas para rellenarlas y poder construir sobre ellas.
Uno de los eventos más criticados ha sido el de Quebrada Honda, uno de los pocos humedales que quedan en la ciudad y uno de los más emblemáticos, ya que desde el 2018 diferentes organizaciones lideradas por Patagua y la Ilustre Municipalidad de Puerto Varas, han trabajado en este lugar para restaurarlo y transformarlo en Quebrada Parque, un futuro parque de agua y naturaleza urbana de 3 hectáreas.
“Queremos aclarar que el terreno que fue rellenado es privado y que nosotros no lo tenemos incluido dentro del proyecto. No obstante, esto no le quita gravedad a los hechos, porque debemos entender que se ha alterado un ecosistema de gran valor, un fragmento del humedal Quebrada Honda que es parte importante de nuestro patrimonio natural y de la identidad puertovarina”, asegura Camila Teutsch, Directora Ejecutiva de Patagua.
Las quebradas suelen asociarse a lugares de escaso valor donde abundan los micro-basurales, asentamientos informales y delincuencia, pero lo cierto es que son sistemas de enorme relevancia para el control de inundaciones, depuración de aguas, recarga de acuíferos, captación de CO2, provisión de hábitat y conectividad biológica.
El proyecto Quebrada Parque apunta a recuperar su riqueza y funcionalidad hídrica y ecológica. La quebrada cuenta con remanentes de vegetación nativa, como totora, canelo, maqui, chilco y arrayán, la presencia de hualves (o bosques pantanosos), y más de veinte especies de aves, como picaflor, viudita, churrete, rara y chercán.
Por ello Raffaele Di Biase, presidente de la Corporación de Turismo de Puerto Varas, es categórico en rechazar estos hechos: “Como sector turismo, que vivimos de nuestros atractivos naturales, consideramos impresentable que sigan pasando estas cosas en Puerto Varas, que podría ser una ciudad modelo piloto a nivel nacional e, incluso internacional, en cuanto a protección de ecosistemas y desarrollo sostenible. Instamos a tomar medidas urgentes, porque es un camino de autodestrucción del destino y no podemos seguir tolerando que las pocas quebradas y humedales que aún quedan en nuestra ciudad tengan que sufrir de estas intervenciones”, asegura.