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Algunos consejos para observar fauna

Por estos días circula la foto de un cóndor en el Mirador de Cóndores, Región Metropolitana, totalmente rodeado de turistas que desean obtener un primer plano. 

Sin duda observar fauna en su hábitat natural es uno de los mayores privilegios que podemos tener. Sin embargo, no podemos olvidarnos que la buena experiencia debe ser mutua, lo que significa no perturbar a los animales. Aquí te dejamos unos consejos:


Observaciones cortas 

El pasar desapercibido para ver fauna, tiene que entenderse en todo sentido. La idea es que no solamente tú tengas una buena experiencia, sino que el animal no se asuste, ni interrumpas su vida diaria. Uno de los puntos fundamentales es hacer observaciones cortas, de solo unos minutos, procurando no hacer movimientos bruscos, ni ruidos. 


Olvídate de las selfies o tocarlos

Últimamente se han visto varios casos en la prensa de verdadera tortura animal, gracias a la fiebre de las selfies. Cómo olvidar esa escena de tortugas que no pudieron desovar en Costa Rica, porque la playa se encontraba repleta de personas que trataban de retratar el momento. Jamás debes tocar un animal silvestre y menos rodearlo o retenerlo, ya que puedes causarle estrés, enfermedades o la muerte. Hay animales muy sensibles a la manipulación del hombre, como los anfibios, cuya piel absorbe con facilidad las toxinas.


No obstruir el paso

Además de observaciones cortas, es importante que nunca obstruyas o cortes el paso de un animal. Por ejemplo, si te encuentras con fauna marina en la playa, nunca camines entre el animal y la playa, porque que lógicamente su vía de escape es el mar y tú serías una amenaza. Si son varias personas, jamás rodear al animal.  


No alimentarlos

Lamentablemente es habitual ver a turistas alimentando zorros, aves y otras especies, para que se acerquen y puedan hacerles fotos. Esta es una conducta nefasta para el animal, ya que la comida que solemos proporcionar a los animales salvajes no es parte de su dieta natural, puede no ser apta para ellos y hasta les puede causar enfermedades, heridas en la boca, en el aparato digestivo e incluso la muerte. Además, dar de comer a animales salvajes puede provocar que se vuelvan dependientes de las personas y que, con el tiempo, les resulte imposible sobrevivir en su estado salvaje y procurarse alimento por sí mismos. 


Ojo con la fauna marina

La aproximación a cetáceos debe ser lenta y lateral, en ningún caso perseguir al animal o interrumpir su ruta de navegación. Si te acercas a un islote con aves o lobos marinos, debe ser con motor apagado y a una distancia prudente, para no molestarlos. 


Si vas a fotografiar

A la hora de fotografiar fauna salvaje, no sólo es importante conocer bien la técnica fotográfica, sino que ser un naturalista comprometido, por lo que jamás debes sacrificaría el bienestar de los animales para obtener la foto soñada. Eso implica, no alimentar los animales para tener una toma más cercana, ni hacer volar un grupo de flamencos porque se ve más dramático en la fotografía, ni perseguir un animal para tener la foto perfecta de su rostro. Evita usar flash para no molestarlos. 


Paciencia

Si bien existen los encuentros fortuitos, también uno puede ir en busca de fauna y eso requiere de tiempo y paciencia. Los animales en su hábitat natural, no se comportan como en los zoológicos. Son animales asustadizos, huidizos y que no han estado en contacto con el hombre, por lo que, ante cualquier ruido, o movimiento desconocido se asustarán y saldrán corriendo, de manera que debes informarte bien de los lugares donde es frecuente ver una especie determinada, ir con calma y esperar. De seguro no bastará con una única visita. 


El silencio

Está claro que los animales nos detectan rápidamente por el olor, o la vista, pero sobre todo notan nuestra presencia por el sonido, procura ir en silencio, dando pasos lentos y siempre muy atento a cualquier movimiento entre las ramas, en el agua o donde te encuentres. Es bastante difícil ver fauna si estás en un grupo grande, idealmente no formar grupos de más de tres personas.


Integrarse con el paisaje

Lo mejor es tratar de pasar desapercibido en el ambiente, así que evita la ropa de colores llamativos o telas que causen sonidos por el roce al caminar. Ideal usar colores neutros (verdes o tierra) si vas a andar en un bosque o pradera. Si estás en un ambiente nevado, prefiere los blancos. Tampoco uses perfumes, ya que los animales te distinguirán con mayor facilidad. 

El turismo como un pase a la conservación

Hoy se celebra el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y desarrollo rural”, subrayando su rol en la preservación y promoción del patrimonio cultural y natural en todo el mundo. Sin duda, el turismo masivo y mal planificado puede ser altamente dañino, pero hoy queremos centrarnos en ese viajar descubriendo y cómo ello puede llevarnos a amar y conservar.

Por Evelyn Pfeiffer, periodista de Geute Conservación Sur

“¡Patagonia! ¿Quién pensaría jamás en ir a un lugar así? ¡Serás devorada por los caníbales! ¿Por qué razón escoges un lugar tan apartado del mundo para ir? ¿Cuál puede ser el atractivo? (…) Oí estas y otras preguntas y exclamaciones de los labios de mis amigos y conocidos cuando les conté de mi intención de viajar a la Patagonia, la Tierra de los Gigantes. (…) ¿Cuál era la atracción de ir a un lugar tan apartado y a tantas millas de distancia? La respuesta estaba implícita en sus propias palabras. Lo escogí precisamente porque era un lugar exótico y lejano”, escribía Lady Florence Dixie, quien decidió viajar en 1879 a la Patagonia, junto a su marido y dos de sus hermanos, simplemente para tener un viaje de descubrimiento. Su expedición marcó un hito importante, pues son considerados como los primeros turistas en pisar tierras patagónicas, de acuerdo a lo que hoy entendemos como turistas.

El libro A través de la Patagonia (Across Patagonia. Edimburgo, 1880) recoge esta aventura de un mes, donde recorrieron más de mil kilómetros a caballo guiados por baqueanos locales, con quienes cruzaron ríos, bosques, bordearon lagos, compartieron con indígenas aónikenk y recorrieron maravillados las interminables pampas, hasta llegar al sector de Laguna Azul en el actual Parque Nacional Torres del Paine.

Lamentablemente, esos largos viajes de descubrimiento de antaño se han ido perdiendo en full days y tours que parecen una verdadera carrera contra el tiempo, con turistas que pasan más tiempo transportándose que disfrutando y donde los programas son tan ajustados, que puede generar un verdadero caos si alguien se demora 5 minutos más tomando una foto. Después de un viaje así… ¿quién no ha querido tomarse vacaciones de las vacaciones?

Ese es el turismo de hacer solo un check en una lista de lugares por conocer, sin importar lo que pase a nuestro alrededor, ni en las comunidades anfitrionas, ni mucho menos en el medio ambiente. Ese es el turismo que ha llevado a algunos a hablar de turismofobia y a colgar carteles del tipo “Barcelona no es tu maldito centro comercial”, en ciudades donde la cantidad de turistas supera ampliamente la cantidad de habitantes, marginándolos de su propio hogar.

Volver a viajar por Chile (y hacerlo bien)

En contraste a ese turismo dañino, la Organización Mundial del Turismo promueve el turismo sustentable y responsable, no solo por su aporte a las economías locales, sino como una poderosa herramienta para preservar el patrimonio cultural y natural.

En esta edición del Día Mundial del Turismo se celebra la capacidad del turismo para crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y beneficiar a las comunidades rurales, especialmente en el contexto de crisis mundial por el COVID-19, donde se prevé que las llegadas de turistas internacionales caerán entre 60% y 80%, y que el turismo nacional tomará la delantera.

Es decir, probablemente, en las próximas vacaciones los chilenos viajarán por su país, lo que es una gran oportunidad de reactivación para las comunidades rurales, conociendo formas de vida tradicionales, y teniendo nuevas experiencias en torno a la naturaleza, la cultura y los productos locales.

Pero, a la vez, este viajar por Chile representa una tremenda responsabilidad, donde el llamado es a respetar las comunidades anfitrionas que visitemos y a proteger los ecosistemas y la diversidad biológica, donde se encuentran insertas. Más allá de los necesarios cambios que debe hacer el Estado en políticas públicas para fomentar el turismo sostenible y, por ende, tener una protección efectiva del medio ambiente, el cambio también debe partir por nosotros: es hora de tener otra mirada y dejar de ser meros visitantes de lugares, para convertirnos en esos viajeros de antaño, donde el propósito era descubrir, dejarse asombrar y transmitir a otros viajeros ese nuevo conocimiento y ese nuevo amor por lo descubierto. Hoy, podemos transformar nuestro viaje en un llamado a la conservación.

Tips para el viajero responsable

Fuente: Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT.