Hoy se celebra el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y desarrollo rural”, subrayando su rol en la preservación y promoción del patrimonio cultural y natural en todo el mundo. Sin duda, el turismo masivo y mal planificado puede ser altamente dañino, pero hoy queremos centrarnos en ese viajar descubriendo y cómo ello puede llevarnos a amar y conservar.
Por Evelyn Pfeiffer, periodista de Geute Conservación Sur
“¡Patagonia! ¿Quién pensaría jamás en ir a un lugar así? ¡Serás devorada por los caníbales! ¿Por qué razón escoges un lugar tan apartado del mundo para ir? ¿Cuál puede ser el atractivo? (…) Oí estas y otras preguntas y exclamaciones de los labios de mis amigos y conocidos cuando les conté de mi intención de viajar a la Patagonia, la Tierra de los Gigantes. (…) ¿Cuál era la atracción de ir a un lugar tan apartado y a tantas millas de distancia? La respuesta estaba implícita en sus propias palabras. Lo escogí precisamente porque era un lugar exótico y lejano”, escribía Lady Florence Dixie, quien decidió viajar en 1879 a la Patagonia, junto a su marido y dos de sus hermanos, simplemente para tener un viaje de descubrimiento. Su expedición marcó un hito importante, pues son considerados como los primeros turistas en pisar tierras patagónicas, de acuerdo a lo que hoy entendemos como turistas.
El libro A través de la Patagonia (Across Patagonia. Edimburgo, 1880) recoge esta aventura de un mes, donde recorrieron más de mil kilómetros a caballo guiados por baqueanos locales, con quienes cruzaron ríos, bosques, bordearon lagos, compartieron con indígenas aónikenk y recorrieron maravillados las interminables pampas, hasta llegar al sector de Laguna Azul en el actual Parque Nacional Torres del Paine.
Lamentablemente, esos largos viajes de descubrimiento de antaño se han ido perdiendo en full days y tours que parecen una verdadera carrera contra el tiempo, con turistas que pasan más tiempo transportándose que disfrutando y donde los programas son tan ajustados, que puede generar un verdadero caos si alguien se demora 5 minutos más tomando una foto. Después de un viaje así… ¿quién no ha querido tomarse vacaciones de las vacaciones?
Ese es el turismo de hacer solo un check en una lista de lugares por conocer, sin importar lo que pase a nuestro alrededor, ni en las comunidades anfitrionas, ni mucho menos en el medio ambiente. Ese es el turismo que ha llevado a algunos a hablar de turismofobia y a colgar carteles del tipo “Barcelona no es tu maldito centro comercial”, en ciudades donde la cantidad de turistas supera ampliamente la cantidad de habitantes, marginándolos de su propio hogar.
Volver a viajar por Chile (y hacerlo bien)

En contraste a ese turismo dañino, la Organización Mundial del Turismo promueve el turismo sustentable y responsable, no solo por su aporte a las economías locales, sino como una poderosa herramienta para preservar el patrimonio cultural y natural.
En esta edición del Día Mundial del Turismo se celebra la capacidad del turismo para crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y beneficiar a las comunidades rurales, especialmente en el contexto de crisis mundial por el COVID-19, donde se prevé que las llegadas de turistas internacionales caerán entre 60% y 80%, y que el turismo nacional tomará la delantera.
Es decir, probablemente, en las próximas vacaciones los chilenos viajarán por su país, lo que es una gran oportunidad de reactivación para las comunidades rurales, conociendo formas de vida tradicionales, y teniendo nuevas experiencias en torno a la naturaleza, la cultura y los productos locales.
Pero, a la vez, este viajar por Chile representa una tremenda responsabilidad, donde el llamado es a respetar las comunidades anfitrionas que visitemos y a proteger los ecosistemas y la diversidad biológica, donde se encuentran insertas. Más allá de los necesarios cambios que debe hacer el Estado en políticas públicas para fomentar el turismo sostenible y, por ende, tener una protección efectiva del medio ambiente, el cambio también debe partir por nosotros: es hora de tener otra mirada y dejar de ser meros visitantes de lugares, para convertirnos en esos viajeros de antaño, donde el propósito era descubrir, dejarse asombrar y transmitir a otros viajeros ese nuevo conocimiento y ese nuevo amor por lo descubierto. Hoy, podemos transformar nuestro viaje en un llamado a la conservación.
Tips para el viajero responsable
Fuente: Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT.




